Iniciación adultos
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   Toda operación o posicionamiento intelectual o moral, personal o social,  afectiva o conductal, es iniciación. Supone comienzo de un camino. Y genera la disposición de la persona que opta por recorrer un estadio o plan para su mejora o desarrollo espiritual.
   La catequesis por su naturaleza es tarea iniciadora. Y por eso se habla con frecuencia de "iniciación" en diversos campos formativos: sacramental, apostólica, moral, sexual, litúrgica, moral.
   La iniciación no se asocia a una edad determinada, por lo que no se aplica sólo a la infancia. Los adultos pueden iniciarse en determinadas labores religiosas o eclesiales, como son el ecumenismo o la misionología hasta edad muy avanzada.
   Algunas de esas formas fueron ambiguas en determinados campos, como el de "iniciación sexual", que la Iglesia mucho tiempo desaconsejó, más el significado del término que por miedo al sexo, como los enemigos la acusaban.